lunes, 12 de diciembre de 2011

Giordo

Tengo ganas de descargarme
de abonar con rabia
las raices de mis palabras

Me decargaré
y empezaré de nuevo
ya no habrá rencores

ni silencios, ni giordos
hijos de puta,
cocainómanos que me abracen

mientras yo sólo siento escalofríos,
ni duendes enanos
con más palabras que alma,

Me voy a quedar a gusto
del consumidor
del boca-chancla

defensor de zorras
del polla pequeña
incapaz de asumir ese problemilla

de la guarra que se metió
en la cama de mi sangre,
en la zorra que no me saluda

en aquella que prentende
estar el día entero
amarrandose los cabellos

y que la mire y la mire
y me muera mirandola.
En aquella familia que racanea

y en la que se deja racanear
en los menganitos y fulanitos
en Facebook, tuenti, el whatsupp

también en la televisión
horrenda ofrenda de los dioses
productores para volver insulsa

la vida. En aquel que se dejo llevar
por su hombría y metió mano
a mi futura diosa de ébano

al vago indecente
cabeza de tuerca
mal actor

con aires de escritor maldito.
A ese que folla y requetefolla
y se encanta en el espejo viendose follar.

Y a su cuñado febril,
que compartio la misma cama
e hizo ver a la mujer

lo hermosa que era.
A esa  mujer por abrir tanto la boca
y a sus amigas, por no respetarse

por dejar la cama abierta al teatro
y al teatro, cualquiera de ellos
incapaces de corregir

un Julio Cesár.
Y a ti, por no dejarte besar el cuello,
por no inmutarte cuando te arranco de cuajo

la ropa con la mirada
por ser casi eterea a mis insinuaciones,
y a ella por creerse mejor

veddette y puta
y a la rabia
por haberse taimado.

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