Tengo ganas de descargarme
de abonar con rabia
las raices de mis palabras
Me decargaré
y empezaré de nuevo
ya no habrá rencores
ni silencios, ni giordos
hijos de puta,
cocainómanos que me abracen
mientras yo sólo siento escalofríos,
ni duendes enanos
con más palabras que alma,
Me voy a quedar a gusto
del consumidor
del boca-chancla
defensor de zorras
del polla pequeña
incapaz de asumir ese problemilla
de la guarra que se metió
en la cama de mi sangre,
en la zorra que no me saluda
en aquella que prentende
estar el día entero
amarrandose los cabellos
y que la mire y la mire
y me muera mirandola.
En aquella familia que racanea
y en la que se deja racanear
en los menganitos y fulanitos
en Facebook, tuenti, el whatsupp
también en la televisión
horrenda ofrenda de los dioses
productores para volver insulsa
la vida. En aquel que se dejo llevar
por su hombría y metió mano
a mi futura diosa de ébano
al vago indecente
cabeza de tuerca
mal actor
con aires de escritor maldito.
A ese que folla y requetefolla
y se encanta en el espejo viendose follar.
Y a su cuñado febril,
que compartio la misma cama
e hizo ver a la mujer
lo hermosa que era.
A esa mujer por abrir tanto la boca
y a sus amigas, por no respetarse
por dejar la cama abierta al teatro
y al teatro, cualquiera de ellos
incapaces de corregir
un Julio Cesár.
Y a ti, por no dejarte besar el cuello,
por no inmutarte cuando te arranco de cuajo
la ropa con la mirada
por ser casi eterea a mis insinuaciones,
y a ella por creerse mejor
veddette y puta
y a la rabia
por haberse taimado.
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