lunes, 21 de noviembre de 2011

SPS

Tus dedos, mi lengua
entumecidos
sangran mi cerebro

y pienso en la gente bonita
mirando alrededor
como árboles centenarios

la mierda nos rebosa
y es el límite de su mirada
el que juega a ser horizonte.

Un tío vestido de mujer
una mujer vestida de Rubens
contonea la carne

y nos observa.
Y sirvo de guarda bolsos
de cubre copas

Y ahora noto el sabor amargo
y tus dedos se vuelven a entumecer
y mi boca se duerme

como se apagan las palabras
el ruido, el tecno, el alcohol
ahora ya tiene sentido.

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