Tus dedos, mi lengua
entumecidos
sangran mi cerebro
y pienso en la gente bonita
mirando alrededor
como árboles centenarios
la mierda nos rebosa
y es el límite de su mirada
el que juega a ser horizonte.
Un tío vestido de mujer
una mujer vestida de Rubens
contonea la carne
y nos observa.
Y sirvo de guarda bolsos
de cubre copas
Y ahora noto el sabor amargo
y tus dedos se vuelven a entumecer
y mi boca se duerme
como se apagan las palabras
el ruido, el tecno, el alcohol
ahora ya tiene sentido.
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