lunes, 23 de abril de 2012

La tierra

Si mi garganta hablará...
Ay¡¡¡ Si las tierras murmurarán al son de mis palabras
Si se atreviesen,
dirían cuanto hay suelto.

Corpiños y lexatines
en vez de cuerpos desnudos
y leche con miel

Me diría que los ríos
van envueltos en vida
no llenos de magulladuras

de piedras, y sal.
Que Don Lorenzote toca
con su cara

y que la luna,
anda siguiendole
con sandalo en los dedos.

Me hablaría de tierras
donde huele a azahar
de mujeres insondables

de autenticos pantanos de mujeres
que te agarran con los dedos
y te recogen entre lágrimas de amor

Y me hablaría con una sonrisa
de pasada, y el perfil de las rocas
me calentaría por la noche.

Ay¡¡ Si la tierra hablará,
diría cuanta escoria pisa la tierra.
Mierda y tripas que andan

con una cara lavada
y con un vientre lleno
de putrefacción,

Yermas por todos lados,
celestinas y zalameros
ojos birollos y bocas saladas

lúgubres sitios
donde la gente se esconde
para hacer el amor

para hacerlo horrible,
con las bocas separadas
con los cuerpos moribundos

con el corazón templado
y taimado, seguro y duro,
tan inservible.

Y me diría que busque.
Que tras tantos tatuajes,
tras tantos siglos y siglos

bebiendo, drogandose
tras el calor de invernadero
habrá algo que me de un abrazo,

que tras todas las mascaradas
los años leyendo
los caminos andando

y los zapatos sueltos
habrá algo que te agarre
y no te deje saltar.

La tierra, esa gran sabia
que ningun hijo de puta
sabe valorar.

Malditos lloricas,
creyentes
etereos...

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