miércoles, 25 de abril de 2012

Ñañaña rabio como tu rabias

Me miras, de cerca me miras, y cuanto más cerca me miras, más ganas de besarte tengo. Y oye, que díficil es decidir lanzarte el beso. Y mira, lo intento, y recibo el beso de la cobra, y hay una miserable lamentación detrás del mundo "liberado" lleno de hombres y mujeres que buscan. Pobres tontos. Pobres y estúpidos hijos del mal. Aunque con mis pàlabras despedazara a cada uno de esos animalillos que se acercan con la cara pseudo dolida, haciendo, o mejor, intentado hacerme sentir mal sería inútil. Nadie está preparado para aguantar una verdad puta y jodida, como la de "Cuanto hemos sacrificado". Tanto hemos sacrificado que hemos perdido el tiempo buscando la manera de recuperar un tiempo que ya está perdido. Y son banas y flojas las fuerzas, y son estupidos los intentos por hacer el arte. El arte del amor, la pintura, la fotografía, la escritura no deja de ser un intento sublimado de exponer nuestras mas rabiosas desesperaciones. Como esta. Tan fiera y destartalada que ni siquiera puedo romper la jaula de mis propias palabras para romper la posibilidad de encontrar la manera superflua y llena de decir alguna gilipollez. Todo es estupidez menos el silencio. Todo menos el silencio es baldio y torpe, buscando a un Walt Whitman, mientras el hombre de al lado no deja de susurrarnos cuanto nos aman. Y escribo y resulta que tras todos esos escritos hay un hombre culpable, una mujer culpable, una sociedad que busca culpabilizar. Y resulta que nadie tiene la llave para desengranar el quid, la parsimonia, la estupidez, pero no la tienen por que no quieren. Y es tan aburrido conocer a la gente, repetidos y llenos de delirios, como todos, con taras emocionales. Gran hermano es la respuesta, y tantos poetas y culturetas en realidad son los parasitos de un sistema que se basa en la creacion para llegar a la estabilizacion. No hay un afan de competir, todo esta facil, y a la vez es inalcanzable. El sexo es facil, el amor inalcanzable, hacer teatro es facil, vivir de ello casi un milagro. Y tras esto no deja de haber personas, y los bancos están dirigidos por personas que manejan el cotarro. Y los ves, y pienso "maldita sea" no hay un resquicio de empatía, no hay un intento por hacer un mundo mejor. Y la respuesta es clara y evidente. Somos poetas de mierda, fotografos de paisajes llenos de supuestos sentimientos, y pequeños arrendatarios de un sin numero de harenes que buscan ser esculpidos con pene y hostias. Parece que un buen dictador es lo que nos vendría bien a todos. Escupidme, decidme que sentis, abrazadme pero no os murais. Tanto poder, tanta culpabilidad, tanto sacrificio para nada.
"Cuanto hemos sacrificado" Y cuanto tiempo perdido pensando en lo sacrificado. Tristes y breves las vidas llenas de una miserable y estupida tonteria.

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