Dalila trae el verano.
La lengua
los pomulos rojizos
la mano agarra la mano
me mira
sin aditivos
instinto busca un nido
el calor de la palma
la espalda se asoma
los labios se posan
irradia, sin sosten
por que ella sostiene,
la mano, la herida, la llaga
se abre, se cierra, se rasca
me pide, me sana, me revuelve.
Ahora, un sauce
la lluvia silba cerca
el pelo que se muta con mi hombro
su cuello desnudo
las gotas saladas
me guian
me dejo llevar
me caigo,
implorando
un poco de manantial
agarra mi cabeza
toca con sus dedos
mi labio inferior
tira de mi pechera
ahocina mis labios
con su lengua
me araña el pecho
me recoge por el trasero
me aprieta.
Suena nuestra musica otra vez,
suenan sus gemidos
suenan mis gemidos
suenan los gemidos de la lluvia
teniendo orgasmos en su pelo
entre nuestros labios
dentro de nuestras bocas
luchando tibiamente
para incluir sus dedos entre nuestros cuerpos.
Lluvia celosa,
lluvia celosa,
esta noche,
lluvia celosa.
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