viernes, 19 de noviembre de 2010

El bondadoso.

¿Sabías que llevaba tiempo pensando en como decirte esto?
Es verdad. No se como hacerlo.
Estuve ensayándolo durante meses.

Sabía todo los pasos que debía dar.
De hecho, me maquille más de una vez,
probe con diferentes perfiles.

Fuí mendigo y ladrón de coches.
No se me ocurría nada más negativo.
Para quitarle hierro al asunto.

Aún así soy incapaz.
Para algo eres quien eres,
y las palabras las carga el diablo

y el amor es un enturto recogido
entre pequeñas raices.
No sabía cual empezar a cortar primero

me daba miedo dar el primer paso
no quería cortar de raiz
la principal, como las enredaderas

que subian en nuestro edificio.
Lo vi dos veces. Una verde fosforito
y la otra... Mejor no hablar de la otra

tan seca y muerta. Y allí estaba,
tirada como una puta bujia usada
el tallo que alimentaba a toda la planta.

No se como hacerlo.
No se como decirte lo patetico que me pareces
tan desagradable a la vista.

Por eso no te miro,
no me escondo,
simplemente no te miro.

Y me apetece maullarte
como un borracho a las seis de la mañana
por que se que con palabras

no soy capaz de expresarlo.
Seria mejor mearte en la cara
en una cena de acción de gracias.

Todo el mundo se quedaria callado
mientras me subo en la mesa
y mi pene asoma dispuesto

a limpiar nuestra larga relación.
Pero eso sería de psiquiatra
y mis años en el agujero no me gustaron.

Y me muero por decirtelo.
La envidia por ser querido
sin merecerlo.

Tanta envidia contenida.
Rabia y envidia de tus lágrimas de cocodrilo.
La ligera sensación de que iba tras de ti

de tus pasos,
que escuchaba My Morning Jacket
cuando te acostabas con tu novia

y yo detrás de la puerta de la habitación
olia la alfombra.
Y a la vez tu correción a la hora de hablar

tus sueños, que convertias en los sueños de los demás.
Actor, con tendencias musicales.
Y eras incapaz de emocionar a nadie.

Solo se emocionaba tu interior
y los demas nos preguntabamos que te tocaba
el alma, nosotros pobres mortales

atadas de manos y pies,
con una soga de angustia en la garganta
emulando el comportamiento imbecil.

Siempre he sido el pequeño
y el débil, y siempre he sido detrás de ti.
No hay pie para que me equivoque.

No lo hay.
No hay pie para que yo sea.
Ni hay suficiente tierra para remover,

donde yo cavaba ya habia
huesos tuyos.
Huesos y polvo que aspirabamos

y nos humedecia el alma,
por que no sabiamos lo que era humedecer.
Suelo decir que estoy seco.

Y no se de que manera decirtelo.
Tal dolor y rencor no se arregla con cuatro
horas de marcha.

Ahora solo puedo decir
que me perdones,
por tratar de emular

palabras que no son mías,
maneras de vivir ajenas,
mi vida siendo tú.

1 comentario:

  1. bienvenido a Favolandia, me alegra tenerte por aquí, no podía ser menos, ya no te puedo leer en el de hotmail, ahora podré leerte de nuevo. Un abrazo, te espero en navidad...

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