miércoles, 26 de octubre de 2011

Santa Teresa de Geriátrico

¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡
Tarde de pañales
¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡

Disfruto de mi helado
¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡
Me acarician estos extraños

¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡
Sonrío sin saber por qué
¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡

Una mujer cantando
Mientras otra sonríe
Nerviosa, otra come gusanitos...

¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡
¿Dónde te duele?
Al... Al... Al respirar

¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡
Los muertos se codean
con nuestras carnes podridas

¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡
¡Mamá¡ No escupa
¿Dónde está mi helado?

La mecedora se mueve con estas ruedas
Munito la huerto se sabe la ponita
Y de nuevo silencio.

¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡
Estoy en la cama.
¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡

Estoy merendando.
Silencio.
Un silencio quieto

funambulesco,
sólo miradas de desprecio
¿Cual es el pueblo?

Sabiote.
Ya no se oyen gritos
Y lo peor, ni el tic tac del tiempo.

Ese señor de ahí se intenta levantar
Y yo no me siento
¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡

Es el quejido de mi compañera
vestida de negro
con el pelo cano

y un semblante serio.
Me mira y me sonrie.
Este ¡Ay¡¡Ay¡¡Ay¡ es el último

según ella, de los tristes
seis últimos meses
de mi tiempo.

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