Aunque me toque
ser el angel exterminador
he decidido renunciar,
ya no quiero ser nadie.
Ya no quiero ser nada,
solo una puerta
una visagra,
una mancha de aceite
el charco que se pudre
en medio de la nada.
Un diente de león que cae
estéril en la carretera,
o una furgoneta que se despeña
sobre un río.
Soy insignificante
mis palabras no llegan a nadie,
no tengo sueños,
ni puertas de entrada,
y la verdad... Todo me da igual.
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